tratamiento de accidente cerebrovascular e ictus con cámara hiperbárica

El ictus es una afección más común de lo que solemos imaginar. De hecho, se ha convertido en una de las principales causas de discapacidad en España. Las estadísticas revelan que más de 400,000 personas padecen esta condición en el país.

El ictus, conocido como accidente cerebrovascular, se origina por la alteración de los vasos sanguíneos en el cerebro. Este evento se desencadena cuando el cerebro deja de recibir el oxígeno necesario para su funcionamiento adecuado. Esta carencia de oxígeno resulta en una deficiencia de glucosa, que es esencial para mantener un rendimiento cerebral óptimo.

Tipos de ictus

La deficiencia de oxígeno en los vasos sanguíneos puede ocasionar dos tipos de ictus:

Ictus isquémico

Esta variante del ictus se manifiesta principalmente cuando una o más arterias quedan obstruidas por la formación de un coágulo sanguíneo en una región del cerebro. Esta situación interrumpe el flujo natural de oxígeno y glucosa hacia el cerebro, dando lugar a la posibilidad de una trombosis cerebral o una embolia en la zona afectada, lo que puede resultar en un infarto cerebral en sus primeras etapas. La carencia de oxígeno en los vasos sanguíneos desencadena una rápida degeneración de las células cerebrales, ocasionando una serie de daños en la zona que culminan en la manifestación del ictus de manera irremediable.

La causa principal del ictus isquémico se encuentra a menudo en la fibrilación auricular, que no es más que una arritmia cardiaca. Durante la fibrilación auricular, el corazón late de manera descontrolada, lo que propicia la formación de coágulos sanguíneos. Estos coágulos viajan hasta el cerebro, obstruyendo arterias y venas y dificultando la adecuada oxigenación, lo que finalmente desencadena el desarrollo del ictus.

Reconocer los principales síntomas del ictus isquémico es crucial para tomar medidas rápidas, minimizar secuelas y lograr una pronta recuperación a través de una atención primaria eficaz.

Dificultades en el habla y la comprensión son síntomas característicos del ictus isquémico. Los pacientes experimentan una marcada incapacidad para comunicarse de manera coherente, con palabras que carecen de sentido.

Parálisis en las extremidades o en el rostro es un indicador evidente del ictus. La debilidad afecta tanto a las extremidades en su conjunto como a áreas específicas del cuerpo, siendo el descolgamiento facial un signo frecuente.

Problemas visuales, como la súbita visión borrosa en uno o ambos ojos, pueden incluso llevar a la pérdida total de la visión, lo que es un síntoma preocupante.

Intenso dolor de cabeza, a menudo acompañado de vómitos y mareos, puede confundirse con una migraña. Ante este síntoma, es fundamental buscar atención médica de urgencia en el hospital.

Dificultades para caminar o falta de coordinación motriz son señales notables de un posible ictus isquémico. Esto se manifiesta en la pérdida de equilibrio y la incapacidad para realizar tareas cotidianas de manera coordinada.

Ictus hemorrágico

Este tipo de ictus se erige como el más amenazador, surgiendo cuando una hemorragia cerebral o sangrado interno afecta al cerebro, ocasionando daños y compresión en los tejidos cerebrales. En la mayoría de los casos, esta variante del ictus se relaciona con la presión arterial elevada, el abuso de tabaco y sustancias como la cocaína. Asimismo, las aneurismas, que generan un abultamiento anormal en las paredes arteriales debido a la presión sanguínea, pueden provocar la ruptura de una arteria y desencadenar problemas graves.

Junto a los síntomas previamente mencionados, los indicadores de este tipo de ictus incluyen:

  1. Vértigos y la sensación de que todo gira alrededor del paciente.
  2. Pérdida de sensibilidad en las articulaciones.
  3. Dificultades en la deglución.
  4. Dificultad para reconocer a personas o elementos cotidianos.

Frente a un ictus, cada minuto cuenta de manera crucial. Por cada minuto que transcurre después de un ictus, más de dos millones de neuronas perecen. Frente a estos síntomas, es imperativo buscar atención médica de inmediato llamando a los servicios de emergencia para asegurar una recuperación lo más veloz y efectiva posible.

Cómo puede ayudar la cámara hiperbárica a pacientes con ictus 

La terapia en cámara hiperbárica emerge como un enfoque seguro y altamente eficaz para pacientes que han experimentado un ictus. Esta terapia se lleva a cabo en una cámara presurizada con niveles superiores a los de la atmósfera normal, presentando escasos efectos secundarios.

Numerosos estudios clínicos han ratificado que la administración de oxígeno medicinal dentro de una cámara hiperbárica incrementa el suministro de oxígeno hacia los tejidos dañados. Esto conlleva a una mejora en la circulación sanguínea, estabilizando así el proceso isquémico y engendrando una protección neuroprotectora. Aunque es fundamental comprender que los tejidos gravemente dañados difícilmente se recuperan por completo, las neuronas que no han sufrido daños significativos pueden beneficiarse de este aporte extra de oxígeno, recuperando su funcionalidad normal y posibilitando la regeneración de nuevos tejidos cerebrales. Por consiguiente, la oxigenoterapia contribuye a la rápida disminución de las secuelas del ictus, al tiempo que amplifica la función motora, acelerando la recuperación de los pacientes.

La medicina hiperbárica promueve la regeneración de las fibras nerviosas tanto en el sistema nervioso central como en el periférico. Su marcado efecto antiinflamatorio conlleva una disminución significativa del edema cerebral, reduciendo la severidad del ictus y contribuyendo a la restauración de la barrera hematoencefálica. Como resultado, se evidencia una marcada reducción en las secuelas producidas por esta enfermedad, logrando incluso revertir las funciones motoras afectadas.

Beneficios de la cámara hiperbárica en el tratamiento de los ictus 

  1. Estimulación de fibroblastos: La terapia en cámara hiperbárica estimula, promueve y repara la producción de colágeno a través de la activación de fibroblastos.
  1. Fortalecimiento de las defensas del organismo: Esta terapia restaura la síntesis oxidativa, refuerza la actividad de los macrófagos y los polimorfonucleares, además de modificar la adhesión leucocitaria, lo que protege el cerebro de lesiones adicionales.
  1. Efecto vasoconstrictor: La cámara hiperbárica produce un efecto vasoconstrictor que disminuye los edemas, mejora la circulación sanguínea y, al mismo tiempo, no afecta la oxigenación de los tejidos dañados.
  1. Fomento de la revascularización: Este enfoque terapéutico estimula la formación de nuevos vasos sanguíneos y células madre, contribuyendo así a la revascularización de las zonas afectadas.
  1. Impacto bioquímico: La terapia en cámara hiperbárica estabiliza la producción de citoquinas proinflamatorias que desencadenan respuestas inflamatorias. Asimismo, reduce la pérdida de compuestos fosforados en la fase primaria de la lesión cerebral.

En Biobárica Almería contamos con cámaras hiperbáricas de última tecnología y personal altamente cualificado para darle a nuestros pacientes el mejor de los tratamientos.